Como resultado de esa conducta la somnolencia diurna que soportan los jóvenes es uno de los síntomas.
También se observa lentitud en las reacciones, debilidad irritable, enlentecimiento en los procedimientos, cognición comprometida con disminución de la memoria e inatención.
La somnolencia según encuestas realizadas en USA nos dicen que entre los 10 y 13 años, el 54 % de los jóvenes reportan querer más horas de sueño.
El 25 % refirió dormir 6 hs. día y solo el 15 % duerme por noche 8 horas y media.
Los padres han dejado de controlar la ida a la cama, sobre todo en el secundario, donde los chicos pierden en promedio (de la primaria a la secundaria) dos horas de sueño.
Se promueve que los adolescentes necesitan mayor cantidad de horas del sueño que los púberes y que esa es una necesidad dictada por la fisiología en esa etapa de la vida.
¿Usted iría a trabajar a las 4 de la mañana?
Eso es lo que ocurre a un joven que se duerme a las 12/1 de la madrugada y va al colegio a las 7:30 hs.
Esa hora es la que le hubiera correspondido a etapas de sueño rem.
Por consiguiente los aprendizajes son mas lentos, su atención es débil y su estado de humor inestable.
Para tratar de solucionar este problema se sugiere que los padres retomen un adecuado sentido de autoridad y
- se incrementen las horas del sueño,
- promover un inicio de horas de clases mas tarde como sucede en otros países,
- utilizar luz brillante en horarios de mañana,
- reducir la exposición de la luz a la tarde
y recordar que cada uno tienen una performance acorde a como es su descanso nocturno. Al ir mucho mas tarde que lo aconsejable a dormir, el colegio sincronizador de tiempo, infaltable, expone a cara descubierta la dificultad que provoca la deuda crónica de sueño.
¿Falta un debido esclarecimiento de las partes intervinientes?