Los trastornos respiratorios en el sueño afectan entre el 1 al 4 % de los niños y pueden asociarse a hipertensión, crecimiento deficitario, enuresis, alteraciones intelectuales y de la atención.
Los niños prematuros son particularmente proclives a los trastornos señalados y por ende a las secuelas.
Aquellos que nacieron de muy bajo peso tiene un riesgo doble cuando son adultos jóvenes a presentar alteraciones respiratorias en el sueño.
La asociación entre los trastornos descriptos al dormir y las alteraciones cognitivas se observan con mayor frecuencia en los pretérminos, si los comparamos con los que nacen a término.
Esta mayor vulnerabilidad se apoya en varias hipótesis que hasta la fecha no se han podido comprobar.
Luego, iremos desarrollando en el blog esta temática.